Seguidores

domingo, 16 de agosto de 2009

ABRIR LA PUERTA PARA IR A JUGAR

Lic. Graciela M.González

El discurso sobre el desarrollo infantil postula que el niño debe encuadrarse adecuadamente a unos estadios preestablecidos. Entonces, si no concuerda con determinadas clasificaciones cronológicas, patrones neuro/viso/motores o parámetros sociales estandarizados, se busca incluirlo, sí o sí, en alguna clasificación para tranquilidad de los padres, maestros, pediatras o terapeutas, perdiendo de vista al sujeto/niño
Creer que si el niño fracasa, se retrasa o no aprende, es un problema del niño, concluyéndose entonces que no esta capacitado, no da cuenta de los tiempos singulares de ese sujeto. Si no juega o no aprende, no es porque ha decidido activamente no hacerlo. No juega porque no aprehende y no puede elaborar su realidad
La imagen y el esquema corporal del infans están en el Otro donde se sostienen, (sabemos que el parto no coincide con el nacimiento del sujeto y el cuerpo orgánico no coincide con la imagen del cuerpo). El niño depende del Otro para transformarse en hijo
Su posición simbólica no se corresponde con una herencia genética, ni es evolutiva, ni se desarrolla. Se estructura en ese campo donde el padre y la madre transitan una legalidad y una herencia simbólicas en la que se ponen en juego la filiación y lo familiar
F. Dolto afirma solo hay padres adoptivos: un progenitor no se corresponde con el posicionamiento paterno, que es una construcción, un acto filiatorio que los trasciende a ambos: un niño se transforma en hijo si se ejerce la función paterna que dará lugar al funcionamiento materno y a su deseo, instituyendo la trilogía
La infancia es un tiempo lógico, no es solamente un estadio del desarrollo Muchas veces es considerada un momento idealizado y mítico y se pierde de vista que es también un momento de sufrimientos e intensidades, donde se despliegan las cuestiones más importantes
Un niño juega representando su realidad y también la modifica para crear otra. La escena del espejo no es un proceso evolutivo o de adaptación al mundo pero sin su imagen corporal constituida no tendrá espacio posible para crear
Leandro es derivado por la escuela de recuperación a la que asiste. Refieren que es un chico hiperkinético y con un retraso madurativo. No sabe leer ni escribir a sus ocho años.
Vive con la mamá y su marido, a quien llama papá, (no conoce a su padre biológico) y un hermano menor que concurre a una escuela común. No sabe leer ni escribir.
La madre relata que el niño se (le) cayó desde un primer piso al año de edad, aparentemente sin consecuencias
En la sala de espera corre, se agita, se abalanza sobre las cosas. En el consultorio toma plastilina y la aplasta, deformándola, no puede contar, no se queda quieto, no habla
Sin embargo es un lindo niño, de carita vivaz y ojos brillantes al cual le propongo un espacio de juego
Con el transcurrir de las sesiones puede interesarse en el material y se sienta para jugar, aunque con cierta estereotipia
Le atrae especialmente un juego de encastre donde hay niños en distintas posiciones corporales que hay que colocar en una tablero. No logra colocarlos, hasta que no empieza a imitar las posiciones con su cuerpo
La plastilina es moldeada en figuras simples y con el tiempo aparece un juego simbólico
Decido utilizar los recursos de la psicología y administro entonces un psicodiagnóstico: el test de Raven denota una inteligencia por debajo del promedio, pero que no amerita que no pueda aprender a leer y a escribir. El test de Bender es muy sintomático y se le sugiere a la familia una consulta con un neurólogo.
Para diagnosticar es necesario utilizar todos los recursos disponibles, acompañar al niño, abrir la puerta para ir a jugar, buscar al sujeto escondido en alguna patología
Mientras transcurren las horas de juego, Leandro entra al consultorio con alegría y cuando ve la caja de juegos propone “¿podemos jugar?”, arma rompecabezas sencillos y dice señalando lo ya armado: “Todo esto lo armé yo!!”
Copia mis gestos de aprobación, y los repite con una sonrisa, dejando en evidencia la satisfacción que le producen sus propios resultados.
Puede permanecer quieto, prestando atención a los juegos, entiende las consignas, parece no tener problemas motrices ni de memoria. Todavía no escribe pero ha logrado firmar sus dibujos con una L.
Como resultado de la consulta con el neurólogo, se le realiza un E.E.G. que no explica sus dificultades y vuelto a administrar el test de Bender, mejora notablemente su desempeño .En el Hospital lo ve también una psicopedagoga
Y mientras el niño comienza a jugar simbólicamente en el consultorio, su familia es desalojada de la vivienda (es en la villa) La madre me pide entonces que le haga un certificado de retraso mental, de discapacidad, porque ello le facilitaría conseguir una vivienda nueva
Le digo que no, que es niño no es retrasado, que cada vez obtiene más logros y que porque estigmatizarlo con ese diagnostico. Ella se dirige al hospital entonces y allí aceptan su pedido
Ahora consta que Leandro es retrasado ¿Qué ocurre cuando un sujeto no encuentra el modo de sentirse representado para Otro, o cuando se inscribe bajo ese rótulo?
“Hay una relación intrínseca entre discurso y lazo social, dado que solo disponemos de la operatoria discursiva para poder establecer lazos sociales dentro de un orden legal…Entendemos por discurso esa estructura que subsiste en ciertas relaciones estables y fundamentales, y que se sostienen en el lenguaje.. “
Leandro juega, es lento como un caracol en su desarrollo, pero quiere ir más allá del puente que le hemos tendido, parece que ha podido crear sus propios síntomas, encontrar…”un lugar donde anclar, posibilita el apaciguamiento de las tensiones que engendra toda vida social”.
Al decir de Eric Laurent nuestra intervención, a veces única, debe dirigirse al sujeto de manera inolvidable, es decir que dirigiéndose a la letra, “camino real hacia el inconsciente”, deje marca. Que esa marca no sea para Leandro la marca de un retraso

2 comentarios:

Tamara dijo...

Hola Graciela! soy Tamara, me alegra saber que tenes un blog! yo también tengo uno. Me puse como seguidora para ir leyendo tus post.
Te mando muchos besos. Tamara

grajuben dijo...

luego de leer tu trabajo me senti emocionada pues coincido con la mirada profesional que està permitiendo y acompañando ese lento pero sostenido avance de leandro niño al que conozco desde el primer dìa que ingreso a nuestra instituciòn y apostamos con el equipo a esperarlo y darle ese lugar que fue conquistando poco a poco. coincido tambièn en la negativa del certificado de discapacida ,às allà de los "beneficios", no recuerdo si lo hablamos personalmente, pero la madre tambièn me lo pidiò a mi. a ella la estamos integrando a un grupo de madres, muchas de las cuales ya conocès. como disparador tomamos la temàtica que està trabajando la docente con los alumnos sobre familia y costumbre intentamos articular proponiendo a los padres que ofrezcan junto con sus hijos a los otros algo que los identifique ya sea por su ascendencia extranjera, sus historias o vivencias, para contar a los otros en un taller. en otro momento les contamos la experiencia. saludos. graciela benedetti