LIC.
GRACIELA M. GONZALEZ
Trabajo
presentado en el XIII CONGRESO METROPOLITANO PSICOLOGIA E INTERDISCIPLINA
18,19 Y 20 DE OCTUBRE DE 2012
Introducción
El presente
trabajo intenta reflexionar sobre el abuso sexual a niños/as abordado desde una
mirada inter y transdisciplinaria, también sobre el abuso de autoridad de la
justicia ante este hecho y sobre las
diferentes acciones que deberían llevarse a cabo
Me ha resultado
útil el concepto de ecología de los saberes
como facilitador para la comprensión de
la complejidad implicada en el
entrecruzamiento de los acontecimientos. Este concepto valoriza las posibilidades de cada conocimiento en
relación a la existencia de otros
conocimientos. Se trata de una búsqueda de concordancia entre los
mismos, sin dejar de considerar sus diferencias epistemológicas y
tratando de convertirlos en una
experiencia transformadora
Según
de Sousa Santos, la ecología de los saberes presupone que una vasta cantidad de
conocimientos puedan coexistir y
aplicarse según diversos enfoques.
En este sentido pienso
que la escucha psicoanalítica es una herramienta privilegiada para dar cuenta
de aquello traumático que insiste pero
no logra un lugar de inscripción.
Atender los
casos de abuso me ha llevado por los caminos interdisciplinarios ya que en
ellos se manifiesta crudamente el sistema patriarcal dominante por
medio de dispositivos históricos que intentan a través del discurso de amo
establecer las representaciones sobre el sexo, la muerte y la lengua, codificadas en las diferentes épocas
históricas cristalizando sus sentidos
En la actualidad
existe una declinación de la función
paterna a nivel simbólico y el discurso del amo ha sido sustituido por el
discurso capitalista, reduciéndose a un simulacro vacio cuyo uso está siendo
regulado por el mercado, pero desde una
posición ética tenemos que poder vencer la conmoción y la incredulidad
que ésta temática puede despertar y tomar partido por quienes padecen
El abuso
Hay fenómenos de
deconstrucción de la subjetividad y pérdida de conocimiento del semejante que han
hecho desaparecer ciertos diques que controlaban el ejercicio del goce
Un poder que no
da garantías de ser el que prohíbe el incesto contribuye a que lo imposible se torne
posible. Quien se encuentra imposibilitado de tolerar una ley que lo atraviesa,
ejercerá arbitrariamente el anudamiento del hijo a su propio goce
Si el infans no
es alojado y amparado en una familia, quedará dañado en su subjetividad, y en
los casos más extremos, será sólo un objeto para el goce del otro, un objeto al
que se puede humillar, golpear, herir o violar, y que sólo tendrá valor como
objeto de consumo si el padre, en vez de poner en escena una interdicción,
invita a pasarla por alto para acceder y sostener su propio goce
Hay sujetos a
quienes el otro primordial no les ha
ofrecido un lugar privilegiado en su deseo y que por ello carecen de un armazón
que los sostenga. Para el perverso el cuerpo infantil será solo para su propio
goce que se inscribirá brutalmente en el cuerpo del niño/a y que dificultará la emergencia de una posición deseante
Si existe
incesto el niño/a debe escindir al abusador en padre que lo cuida y padre que
lo somete y entonces para no enloquecer,
para sobrevivir, disociará y este es uno
de los motivos de la repetición posterior. La desmentida y la negación son los
mecanismos principales que acompañan al abuso; el secreto y/o la amenaza son
condiciones necesarias.
El vínculo entre
generaciones articula dos problemáticas centrales: el incesto y la filiación,
por medio de la cual se produce el advenimiento del sujeto singular, quien recibe
un nombre y su
calificación como ser singular, sexual y mortal dentro de un grupo familiar
La trasgresión
de la diferencia de generaciones produce la categoría de lo incestuoso con sus
severas secuelas de perturbación psíquica,
pérdida de la función tutelar como garante de la dependencia, fallas en la
representación del cuerpo infantil, alteración en la cronología del sistema
evolutivo, irrupción pulsional, desorganización narcisística y renegación o
desmentida, por la cual el sujeto infantil
rehúsa reconocer la realidad de una percepción traumatizante
El adulto con su
peligroso imaginario invade violentamente el cuerpo y la psiquis del niño sin
reconocerle su privacidad ni una identidad propia y diferente. Entonces
deberemos reintroducir algo de la legalidad que se encuentra en jaque para
sostener un padre de palabra y no como imagen
En el incesto el
lugar asignado al padre se ve alterado: este lugar no tiene que ver sólo con lo biológico, al
considerar que únicamente desde allí se tienen derechos, sino también con el
establecimiento de un vínculo de cuidado y protección hacia los hijos, y de responsabilidad
por su bienestar.
Hay un niño que
padece, que pide ayuda. Niño víctima de
violencia y/o niño abusado son rótulos de los cuales es importante correrlo
para que advenga el verdadero sujeto deseante. Algo hay que hacer para que
pueda inscribir la violencia y el abuso como traumáticos.
La denuncia
La instancia
judicial tiene en estos casos una importancia enorme: el niño/a se ha atrevido
a contar la verdad a alguien que le creyó
y significó la acción del abusador como denuncia ante la justicia, lo cual es
una oportunidad única para intentar
reparar, en parte, el daño sufrido.
La justicia,
ubicada como tercero frente las figuras
paternas caídas, debería ejercer un poder reordenador que sustituyera con su
Ley la Ley transgredida, para reparar la constitución subjetiva devastada.
Sin embargo
muchas veces la justicia asume un rol
perverso: el niño/a ha revelado el abuso, y no sólo no lo han escuchado, sino
que lo han desmentido: ocurre que en muchos de casos de abuso sexual infantil
la denuncia termina con el
sobreseimiento del abusador y la acusación hacia la madre, invirtiéndose así los
lugares ya que el victimario del niño/a pasa a ser una víctima de la madre que será entonces la nueva victimaria
Todo adulto
encarna a un padre, por eso considero que todo abuso es incestuoso. La función
paterna fortalece el desarrollo del psiquismo infantil, pero si la ejerce un
déspota, poseedor todas las mujeres, lo aniquila. Por extensión así
también sucede con otros padres sustitutos, autoridades, maestros, jueces, etc.
si también son despóticos
En el conflicto
entre pulsión y cultura, para aprender que no todo es posible, interviene la
función paterna y cuando funciona, el
sujeto anuda un lenguaje y conoce el saber sobre el cual se construyen las
leyes. Puede haber tantos padres como soportes de la función simbólica del
lenguaje. Sin embargo se toman decisiones judiciales que parecen querer desplazar al
incesto como problemática central y reemplazarlo por una epidemia de madres que
alientan a los niños/as a inventar
denuncias falsas contra los padres
La negación defensiva ante lo siniestro de las
problemáticas abusivas tiene las implicancias clínicas y legales de no creer el
relato de los niños por lo cual se los victimiza doblemente. El horror que estos casos generan impide a veces
la escucha atenta y se deja nuevamente
al niño a merced de lo mortífero de algunos sujetos adultos que no han logrado
sostener su función de padres. El daño a futuro es lo que debe ser evitado con la adecuada protección de los
derechos de los niños, porque es
maltrato preferir mantener el
orden familiar patriarcal en vez de pensar al niño o niña como sujeto de
derechos y es maltrato también cuando
frente a la impunidad de la crueldad, el
otro progenitor que desea operar como
figura que defiende, ampara e instala terceridad, ve sus acciones protectoras desautorizadas por parte del sistema que debería brindarles
protección y legalidad
Paradojalmente resulta que como la transgresión del padre no
ha existido para la justicia que lo sobresee o lo declara inocente, la madre es sospechada de haber inventado la
historia para perjudicarlo y la
obligaran a entregar al niño para que se revincule con el padre, al que
sabe abusador y si no se somete, la
amenazaran con quitarle la tenencia del
hijo/a
Sin embargo
la revinculación no es obligatoria. El peso que en nuestra cultura tiene la
concepción de la familia nuclear por sobre el bienestar y la singularidad de
cada uno de sus miembros, hace que se otorguen derechos asentados en la
biología, aunque desde ese lugar no se brinden las funciones de cuidado y
protección inherentes a una función parental.
Pero desde una postura ética no debemos
permitir que la revinculación se base en las necesidades de la persona
agresora. El adulto puede querer recuperar el vínculo porque quiere demostrar a
su grupo social que el abuso no ocurrió o porque puede percibir la
revinculación como una batalla ganada Debemos recordar que a nivel
internacional está totalmente desaconsejada la revinculación entre un niño/a y
un/a adulto/a o adolescente agresor/a que no ha recibido tratamiento específico
en relación con las agresiones y que no haya tomado conciencia de los motivos y
de los mecanismos que lo/a llevan a cometer las agresiones La revinculación
forzada incentiva los temores generalizados
y la sensación de indefensión del niño/s
ante la falta de respuesta del sistema
Las acciones
La escucha psicoanalítica no debe eximirnos de
conocer la normativa vigente en materia de protección a las víctimas de abuso
sexual y violencia de género, los
recursos a nivel legal, jurídico y de atención que existen, para poder
ser así efectores de su divulgación
Debe también
introducirnos en el análisis de nuestra propia implicación en el lazo social:
una interpretación simplista del discurso social hegemónico como productor de
estas violencias no es suficiente para explicarnos el caso a caso
El padecer de
los/as niños/as que sufren violencia y
abuso debe producir una pregunta. Esta
pregunta no debe ser obturada con
recetas estandarizadas: quien escucha debe tener conocimientos específicos
sobre la teoría psicoanalítica, sobre género, sobre derechos humanos, etc. en
un marco necesariamente inter y
transdisciplinario
Si no usamos
todas las herramientas teóricas y técnicas disponibles a nuestro alcance, el orden patriarcal
insistirá una y otra vez, fundado en el autoritarismo, la apropiación, la jerarquía y el control
Un niño/a
abusado/a es el que más necesita ser
alojado por la ley abriendo la posibilidad de reparación de la subjetividad arrasada,
sin embargo a veces la justicia dirá con
liviandad que muchas madres preparan a sus hijos para mentir en una cuestión
tan delicada creyendo en algo que no es mas que un artilugio defensista
Es por ello que
tanto desde lo ético como desde lo
académico, considerando la perspectiva
de los Derechos Humanos y la de género, APBA ha presentado un proyecto en el
Parlamento de Mujeres donde solicitamos dos puntos: 1) la obligatoriedad de la inclusión de la
perspectiva de género en la formación académica de las carreras cuyos
egresados/as tengan trato con quienes
padecen abuso y violencia y 2) la prohibición del
uso en ámbitos judiciales y psicológicos de supuestas técnicas diagnósticas
sin aval científico nacional e internacional.
Respecto de este
ultimo punto enfatizamos que el sap no ha sido reconocido por
ninguna asociación profesional ni científica y su inclusión en el DSM-V y en la
CIE-10 fue rechazada debido a que carece
de bases empíricas sólidas y porque finalmente termina siendo usado para culpar a las mujeres de los miedos
o angustias razonables de los niños/as hacia su padre violento
Nuestro código de ética establece que no se aplicarán o indicarán
técnicas psicológicas que no sean avaladas en ámbitos científicos, académicos o
profesionales reconocidos lo cual se aplica a este caso ya que el sap no cumple
con los criterios establecidos: se basa
en la interpretación subjetiva del experto, no tiene la total aceptación de
parte de la comunidad científica y no informa sobre la tasa de errores y o efectos no deseados entre
otros
Esto es mala praxis
en si misma por lo cual ninguna asociación profesional puede aceptar este
síndrome inexistente sin olvidarnos además que
la razón más probable para que un
niño rechace a un progenitor es la propia conducta de éste
Nos
es difícil apartarnos de la consoladora idea
de que el abuso no existe y hacernos cargo de la parte que nos toca, nos
tranquilizamos porque los abusadores y los violentos son otros, visión funcional a nuestra cultura y
sistema de poder. Pero no debemos perder la oportunidad de
introducir la ley para que
el niño/a no deba sobreadaptarse ni
disociar. Un niño debe internalizar la ley, pero ¿como lo hace cuando no lo escuchamos, cuando fallamos en darle
condiciones optimas, cuando minimizamos el daño y por otra parte
cuestionamos, desalentamos y amenazamos
a los que optaron por creerle ¿
Como en el cuento de Oscar Wilde “El Retrato de
Dorian Gray” la victima finalmente nos obliga a tomar en cuenta su padecimiento
y enfrentar la verdadera cara del abuso
escondida tras el cuadro que no cambiaba nunca
Bibliografía
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Rebollo Paz María Cristina El Abuso de Autoridad de la
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Hirigoyen, Marie-France, El Acoso Moral. El maltrato
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Jofré, Graciela Dora: La sociedad y sus víctimas La Ley Online;
----------------------------------------------------
1] Titulo tomado del trabajo homónimo deMagela Batista, Carina Bordes, Gabriela Gioscia - psicólogas integrantes de la ONG .Instituto Mujer y Sociedad. - Montevideo . Uruguay.