Nuevamente un niño obligado a hacer lo que no
quiere. Deja en claro que no quiere salir en la foto. No es el primero, ya una
nena en un spot de campaña del pro era obligada
a sentarse en las rodillas de Macri a la voz de “ya te vas a aflojar”
No existe siquiera el intento de pedirles por
favor que lo hagan, no, se expresa con claridad la orden compulsiva, acompañada
del uso de la fuerza física, intentando retenerlos
¿Cuándo entenderemos todos que los niñxs son sujetos
de derecho, que se acabó la ley de patronato y sobre todo, que son dueñxs de su
propio cuerpo y que si no quieren hacer algo no podemos obligarlos? Forzarlos equivale a dejarlos indefensxs
frente a posibles abusadores sexuales
¿Cuál es la negación que nos impide ver que
están agrediendo a nuestros chicos? ¿Hay quien lo justifique? ¿Cómo es posible agredir con balas de goma a los
niñxs de una murga? Nunca hay justificativo para una acción tan vil: ¡que se escapen los buscados por la policía es infinitamente
mejor que balear chicos! Como dijo Fito
Páez “a los chicos se los riega de
flores, amor, oportunidades y chocolates. Nunca de balas"
En 2005 el Congreso Nacional sancionó la Ley de
Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (Nº
26.061) y derogó la Ley 10903 de patronato. Así, los/as niños/as pasaron a ser
sujetos de derecho y sus voces deberán
ser escuchadas finalmente
Sin
embargo las sociedades patriarcales desalientan estas conquistas y existe una
larga historia de no respeto por los
derechos de las niños, niñas y adolescentes. . Aunque nuestra Constitución
resguarda estos derechos, existen
distintos actores sociales y políticos que intentan dar marcha atrás con
estas conquistas. De lo cual concluyo
que la pesar de las muy buenas leyes que tenemos, golpear a mujeres y niños/as,
violar, abusar sexualmente, etc. no es algo condenable para el común de “la
gente”.
Según
Sergio Zabalza “Desde Herodes hasta nuestros días, y desde mucho antes también,
el hábito de matar a los niños no es novedad. Por otra parte, el filicidio es
una práctica que, según las circunstancias y las épocas, ha sabido adoptar
distintos ropajes para disfrazar el mortífero impulso que lo agita. Desde
pelear por la patria, hasta los escarmientos que las dictaduras suelen
implementar para sembrar el terror, pasando por la apropiación sistemática de
bebés, el segmento joven ha sido el blanco preferido de los desvaríos con que
un oscuro malestar social intenta aliviarse…”
Hemos conquistado derechos y tenemos que velar
para que no nos sean arrebatados, sobre todo, aquellos que resguardan a
nuestros hijxs, porque todos los pequeños deben ser considerados nuestros hijxs. ¿O
vamos a permitir de nuevo que se los maltrate?
Lic.
Graciela M. González
Autora
de “La palabra de los niños. Silencio y banalidad en la escucha de niños
abusados sexualmente”